Saturday, November 19, 2016

We are the mods!

A mediados de los años 50 el Reino Unido y buena parte de la Europa Occidental comenzaron a dejar atrás la penuria económica de la posguerra. Mientras la economía crecía vertiginosamente, la influencia americana, con todos sus avances sociales, se hizo cada vez más presente. Llegaron los pagos a plazos y por fin la clase trabajadora pudo acceder a los electrodomésticos y los automóviles. También llegó algo nuevo para la juventud: el Rock and Roll. Los jóvenes ahora podía comprase tocadiscos y discos distintos a los que sonaban en las radios, que además traían un formato más pequeño y manejable: los singles de 45 r.p.m. 

En la segunda mitad de los años 50 la juventud británica logró una identidad propia, adoptando un look eduardiano, muy siemple, y una postura violenta y reaccionaria contra lo establecido. La prensa los llamó los Teddy Boys y achacó su violencia y racismo al R'n'R americano encabezado por Bill Halley. El estilo de los Teddy Boys se extendió rápidamente por todo el Reino Unido. Aparte de su vulgaridad, establecieron el primer mercado juvenil en Europa, creando una moda totalmente de clase obrera y haciendo que los hombres vistiesen simplemente para lucir: antes habían vestido ropa para trabajar y la de los domingos, un traje que normalmente duraba media vida. Musicalmente también fueron años importantes. El R'n'R sacudió a la juventud y en Inglaterra dio lugar al skiffle, versión casera del blues negro americano con mucha influencia folk, tocado por instrumentos rudimentarios por chicos de barrio. 

Estética de los Teddy Boys

Posteriormente a los Teddy Boys surgieron los Beatniks, en su mayoría procedentes de las Art Schools, donde los jóvenes con vocación artística tenían alternativa al colegio o la universidad. Fueron ellos los que comenzaron a frecuentar el barrio del Soho, en pleno West End, y a organizar conciertos de jazz y skiffle, y contribuyendo a crear el concepto "allnighter" o lugar que permanece abierto toda la noche. 
Estética Beatnik

A finales de los años 50 el estilo Teddy Boy estaba muriendo, mientras poco a poco surgía en distintos lugares de Londres la tercera manifestación juvenil, una que marcaría musicalmente a varias generaciones venideras: los Mods. Estéticamente sus orígenes están en los jóvenes de clase media acomodada que contaban con el dinero suficiente para experimentar con la ropa. En un principio no formaban un grupo, eran simplemente unos atrevidos, algo snobs y totalmente narcisistas. En esta misma época, además del R'n'R y el Skiffle el estilo musical más popular era el jazz tradicional, que dominaba todas las listas y se oía en todos los pubs. Esta música, que escuchaba prácticamente todo el mundo, no llamaba la atención a esta nueva juventud, tremendamente individualista. Por el contrario se identificaba más con la nueva música que llegaba de Estados Unidos: el Modern Jazz de Charles Mingus, Gerry Mulligan, Dave Brubeck y The Modern Jazz Quartet. Por cierto, a estos dos últimos tuve la suerte de escucharlos en director en el Teatro Principal de Zaragoza, hacia finales de los ochenta. El Take Five del pianista Brubeck quedó marcado a fuego en mi alma. 

Take Five de Dave Brubeck


Fue por esta afición al Modern Jazz de donde salió el nombre que identificó a este grupo juvenil: Modernistas, enfrentados estética e ideológicamente con la sociedad inmovilista representada musicalmente por los tradicionalistas Teddy Boys. Su primer interés por el Modern Jazz dió rápidamente paso a una devoción por el Blues y el Rhythm & Blues que venía de Estados Unidos.

Estética Mod


El caso es que podría estar escribiendo líneas y más líneas sobre la estética, ideas, aspiraciones, gustos que impregnaron a este grupo juvenil. Para el que quiera saber más recomiendo el libro "I've got my mojo working. Londres 1960-1966: Los Mods, los clubs, los grupos, la herencia", de Angel De la Iglesia, que probablemente esté descatalogado pero que seguro que en eBay hay alguno en oferta. 

Lo que acabo de contar es apenas una introducción al contexto social, histórico y musical de un grupo juvenil que escuchó un tipo de música que marcó mis veinte años: el Rhythm & Blues británico, ese estilo musical que logró mestizar la música negra americana con la forma británica de entender e interpretar la música. 

Quizás nos hemos olvidado ya pero los Rolling Stones fueron unas de las bandas británicas que formaron parte de esta ola musical. Ponedle oído a esa maravillosa compilación de sus obras primeras titulada: "Rolling Stones' singles collection: The London Years" que cubre el periodo 1963-1971.  Es R&B británico en estado puro.



Quién no ha escuchado o lucido la estética de The Who? Quien no ha saltado en alguna pista de baile escuchando a Roger Daltrey tartamudear My Generation, la canción que aparece en la película Quadrophenia y que definitivamente constituye el himno de los Mods. John Lennon dijo en 1965 "Hay un grupo mejor que los Beatles; se llaman los Who".

My generation. The Who

The Kinks, otras de las bandas históricas del Reino Unido, también formó parte de esta odisea musical. Os suena You really got me, All Day and all of the night o Lola, el primer gran éxito que habla de un transexual?
Your really got me. The Kinks.

La lista de grupos seminales es interminable: Manfred Mann que compusieron el tema que abría el programa musical RSG (ready, steady, go!) en la BBC, The Spencer Davis Group con un jovencísimo Stevie Winwood (Give me some lovin', I'm a man), The Yardbirds (For your love) de donde saldrían guitarristas como Eric Clapton o Jimmy Page (Led Zeppelin!), The Artwoods (I take what I want, Keep lookin', Sweet Mary) cuyos LPs y CDs hoy valen su peso en oro, Them encabezados por Van Morrison (Gloria, Baby please don´t go), etc, etc, etc. Hasta David Bowie y Rod "The Mod" Stewart formaron parte de esta genial revolución musical al inicio de sus carreras.

Give me some lovin'. The Spencer Davis Group

For your love. The Yardbirds.

Dejo para el final un solista y una banda que para mi tienen un significado especial: Chris Farlowe y The Animals.

Chris Farlowe tuvo probablemente la mejor voz de toda aquella generación Mod. Mick Jagger y Keith Richards se declararon abiertamente admiradores de Farlowe e incluso le compusieron varias canciones. Una de ellas, Out of time, llegó a ser número 1 en las listas de éxitos en el verano de 1966. Si Farlowe no pasó de ser un músico de culto fue porque era más feo que picio: cuerpo desproporcionado, piernas muy largas y delgadas, barrigón, cabeza grande, piños largos y orientados hacia todas las direcciones imaginables...Yo tuve la fortuna de escucharlo tocar en Zaragoza en 1991. Llegué temprano al concierto y me coloqué en primera fila, apoyado literalmente en el escenario. En un momento de su actuación, en mitad de una de sus canciones, viendo que me sabía todas las letras, Farlowe me plantó su micrófono en la boca y me dejó cantar una frase...gloria bendita...

Out of time. Chris Farlowe

Y dejo para el gran final mi banda preferida de Rhythm & Blues británico de todos los tiempos. Para mí nadie, ni los Stones, les hacen sombra: The Animals. Originales del norte de Inglaterra (Newcastle), su repertorio de salvaje R&B les inspiró el nombre de la banda. The Animals estuvo integrada por Alan Price (órgano), Chas Chandler (bajo), Hilton Valentine (guitarra), John Stell (batería) y Eric Burdon (solista). En su corta existencia (1962-1967) sacaron tres LPs (The Animals, Animal Tracks y Animalism) y varios EP´s y singles. Su mayor éxito vino, curiosamente, con una canción que se aleja de la línea clásica del R&B: The house of the rising sun

The house of the rising sun. The Animals.


Como bien dice Angel de la Iglesia en su libro I've got my mojo working "The Animals dejaron, con la combinación de la gran voz blues de Burdon (que declaró que le hubiese gustado nacer negro), con el estremecedor órgano del grupo (Price o desde 1965 Rowberry), un sonido de los más brillantes de la escena del R&B británico, con una línea muy regular y sin grandes cambios en su estilo, estando siempre en la cabeza y siendo, para siempre, una de las bandas favoritas para cualquier purista del R&B".

Hay dos conciertos a los que he asistido que forman parte de ese exclusivo grupo de vivencias musicales imprescindibles en mi vida. Uno de ellos es el que dió Alan Price, el organista de The Animals el 8 de octubre de 1991 en el pabellón San Pedro Nolasco de Zaragoza. Al concluir el mismo me acerqué al camerino de Price, quien me recibió muy gentilmente. Estaba con su esposa y otros miembros de su banda. Yo llevaba conmigo varios de los LPs de estudio y algunos piratas de actuaciones en vivo de su época con The Animals. Me firmó todos con la frase "Best wishes". Uno de ellos, el titulado "Live at the Club A Go-Go in Newscastle" traía una foto de la banda actuando en dicho club y Price se lo enseñó a su esposa, quien soltó una risa y dijo algo así como "Look at you...so young...I had never seen this picture before...". Guardo ese disco como oro en paño. 

Y el otro concierto es al que asistí el otro día en The Barns at the Wolf Trap, un viejo granero de madera reconvertido en auditorio que queda en Virginia, en la margen derecha del río Potomac, en los alrededores de Washington DC. Tiene un foro de aproximadamente 200 personas y una acústica tan fenomenal que varias orquestas de música clásica graban allí sus discos. En mi caso tuve la suerte de escuchar a uno de mis ídolos de juventud: Eric Burdon con sus New Animals. Acudí con mi hijo mayor, a quien expliqué durante todo el recorrido hasta The Barns, y una vez dentro y entre canción y canción las cosas que he ido contando en este post y muchas otras más. Burdon comenzó el concierto con una de mis canciones preferidas: See see rider.  Repasó lo principal de su repertorio: Don´t bring me down, Don´t let me be misunderstood, We gotta get out of this place, Monterey, etc. Este concierto fue también una clase magistral acerca de los orígenes afroamericanos del R&B británico, con interpretaciones de canciones como In the pines, Hold on I'm coming, entre otras. Y por supuesto el clímax llegó con The House of the Rising Sun. Todo este fantástico viaje musical salpicado de anécdotas sobre sus ídolos del blues americano o del festival de Monterey de 1967, que Burdon ayudó a organizar y que fue precursor del festival de Woodstock de 1969, en el que Jimmi Hendrix quemó y destrozó su guitarra tras interpretar Wild Thing, una de las escenas legendarias de la irrepetible generación musical de los años 60. 

Os dejo con una selección de algunas de las joyas eternas de esta increible e irrepetible banda británica:

See see rider

Don´t bring me down

In the pines

Hold on I'm comin'

Talking 'bout you

Friday, November 18, 2016

Songs of a lifetime

Hay solistas y grupos musicales que dejan huella en tu vida y te ayudan a crecer musical y espiritualmente. Son aquellos músicos que han ido creando la banda sonora original de tu vida. Yo no puedo recordar mis 14 años sin los Beatles. O mis 16 años sin toda la New Wave británica. O los 18 años sin el Rock & Roll y los grupos vocales americanos de los cincuenta. O los 20 años sin la Invasión Británica y la respuesta psicodélica de la Costa Oeste. Y de ahí en adelante las diferentes etapas de mi vida en que escuché con absoluta devoción el Jazz, el Blues, el Soul, el Rock Sureño, la Bossa Nova, el Forró, la MPD y el Tropicalismo, el Fado, el Country, el Bluegrass, la Opera, etc, etc, etc. Cómo imaginar mi vida sin cada una de las bandas, solistas, autores y canciones de todos estos estilos musicales?

Pero luego hay un selecto grupo de músicos que me ha acompañado siempre, en todas y cada una de mis etapas de vida. Músicos a los que he seguido fielmente durante años, esperando la publicación de sus nuevos discos, escuchando una y otra vez las mismas canciones que me inspiraron o redescubriendo canciones viejas que siempre estuvieron allí, en mi discoteca, pero que cobraron sentido al llegar a determinado punto de mi vida.

El recientemente fallecido Leonard Cohen es uno de estos músicos.

En homenaje al cantautor canadiense quiero compartir algunas de las canciones que iluminaron (y siguen iluminando) mi vida.

Gracias por su música maestro: tan sencilla y tan intensa...


Click en este link para la canción: Stories of the street




Click en este link para la canción: Avalanche



Click en este link para la canción: The partisan


Click en este link para la canción:Waiting for the miracle



Click en este link para la canción: Did I ever love you

Tuesday, November 15, 2016

A Liberty classic by Von Mises

En su prefacio a la obra titulada Socialismo escrita por Ludwig Von Mises, el premio Nobel de Economía F.A. Hayek cuenta que cuando dicha obra fue publicada en 1922 su impacto fue profundo. Alteró de forma gradual pero fundamental la perspectiva de muchos jóvenes idealistas que regresaban a sus estudios universitarios tras la interrupción causada por la Primera Guerra Mundial (Hayek entre ellos). Este nos cuenta que la civilización en la que habían crecido había colapsado, y que fue su determinación por construir un mundo mejor lo que les llevó a varios de ellos a cursar estudios de Economía. También nos confiesa que para muchos (él se incluye en este grupo), el socialismo prometía cumplir sus esperanzas en un mundo más justo y racional. Pero nos cuenta que de repente apareció este libro y rápidamente entendió que su búsqueda por mejorar el mundo había seguido un curso equivocado. No era a través del socialismo que se llegaría a una sociedad mejor, sino a otra donde primaría un bajo nivel de condiciones de vida para la gran mayoría de la población, y donde camparía a sus anchas un ilimitado despotismo dictatorial.



La obra de Von Mises analiza el socialismo desde una doble perspectiva, económica y sociológica, y plantea las siguientes objeciones a su practicabilidad:

1. Las expectativas económicas del socialismo son impracticables dada la imposibilidad de efectuar un mínimo cálculo económico riguroso dentro de este modelo. Al no haber precios de mercado para los factores de producción (ya que ninguno es vendido o comprado) es imposible basar la planificación económica futura en algún tipo de cálculo, ni se puede determinar el resultado de las acciones pasadas. Una gestión socialista de la producción sencillamente no puede saber si lo que ha planificado y ejecutado es la manera más apropiada de alcanzar el fin que se propuso. Sin un método de cálculo basado en precios se opera en la más absoluta oscuridad, lo cual conduce a malgastar los escasos factores de producción (humanos y materiales). El resultado de este despropósito económico ya ha sido demostrado con creces cada vez que se ha intentado poner en práctica este modelo: caos y pobreza. Hasta Trostky admitió que sin relaciones de mercado no es viable ningún sistema de cálculo económico.

2. Sobre la base de la anterior objeción, el sistema de producción socialista es menos eficiente que el capitalista y conduce a un deterioro de la productividad del capital humano. Consecuentemente el estándar de vida de las masas en una sociedad socialista será inferior a las condiciones que prevalecen bajo el capitalismo. Basta observar, por ejemplo, la experiencia soviética para confirmar esta hipótesis. Incluso si uno cuestionara que el bajo estándar de vida bajo el socialismo y lo atribuyera a factores exógenos al modelo económico, sería absurdo afirmar que el experimento socialista es evidencia de la superioridad de dicho modelo. Lo único que podría decirse es que el hecho de que la mayoría de la población que vive bajo un régimen socialista sufra unas condiciones de vida peores que el capitalismo no ofrece evidencia concluyente acerca de que el socialismo sea inferior al capitalismo.

Recomiendo la lectura de esta obra de uno de los principales referentes de la Escuela Austriaca de Economía a aquellos que quieran disfrutar de un buen libro de filosofía económica, y que no le tengan miedo a descubrir porqué el modelo socialista siempre ha sido y será inferior, tanto moral como económicamente, al modelo capitalista.