Tuesday, November 15, 2016

A Liberty classic by Von Mises

En su prefacio a la obra titulada Socialismo escrita por Ludwig Von Mises, el premio Nobel de Economía F.A. Hayek cuenta que cuando dicha obra fue publicada en 1922 su impacto fue profundo. Alteró de forma gradual pero fundamental la perspectiva de muchos jóvenes idealistas que regresaban a sus estudios universitarios tras la interrupción causada por la Primera Guerra Mundial (Hayek entre ellos). Este nos cuenta que la civilización en la que habían crecido había colapsado, y que fue su determinación por construir un mundo mejor lo que les llevó a varios de ellos a cursar estudios de Economía. También nos confiesa que para muchos (él se incluye en este grupo), el socialismo prometía cumplir sus esperanzas en un mundo más justo y racional. Pero nos cuenta que de repente apareció este libro y rápidamente entendió que su búsqueda por mejorar el mundo había seguido un curso equivocado. No era a través del socialismo que se llegaría a una sociedad mejor, sino a otra donde primaría un bajo nivel de condiciones de vida para la gran mayoría de la población, y donde camparía a sus anchas un ilimitado despotismo dictatorial.



La obra de Von Mises analiza el socialismo desde una doble perspectiva, económica y sociológica, y plantea las siguientes objeciones a su practicabilidad:

1. Las expectativas económicas del socialismo son impracticables dada la imposibilidad de efectuar un mínimo cálculo económico riguroso dentro de este modelo. Al no haber precios de mercado para los factores de producción (ya que ninguno es vendido o comprado) es imposible basar la planificación económica futura en algún tipo de cálculo, ni se puede determinar el resultado de las acciones pasadas. Una gestión socialista de la producción sencillamente no puede saber si lo que ha planificado y ejecutado es la manera más apropiada de alcanzar el fin que se propuso. Sin un método de cálculo basado en precios se opera en la más absoluta oscuridad, lo cual conduce a malgastar los escasos factores de producción (humanos y materiales). El resultado de este despropósito económico ya ha sido demostrado con creces cada vez que se ha intentado poner en práctica este modelo: caos y pobreza. Hasta Trostky admitió que sin relaciones de mercado no es viable ningún sistema de cálculo económico.

2. Sobre la base de la anterior objeción, el sistema de producción socialista es menos eficiente que el capitalista y conduce a un deterioro de la productividad del capital humano. Consecuentemente el estándar de vida de las masas en una sociedad socialista será inferior a las condiciones que prevalecen bajo el capitalismo. Basta observar, por ejemplo, la experiencia soviética para confirmar esta hipótesis. Incluso si uno cuestionara que el bajo estándar de vida bajo el socialismo y lo atribuyera a factores exógenos al modelo económico, sería absurdo afirmar que el experimento socialista es evidencia de la superioridad de dicho modelo. Lo único que podría decirse es que el hecho de que la mayoría de la población que vive bajo un régimen socialista sufra unas condiciones de vida peores que el capitalismo no ofrece evidencia concluyente acerca de que el socialismo sea inferior al capitalismo.

Recomiendo la lectura de esta obra de uno de los principales referentes de la Escuela Austriaca de Economía a aquellos que quieran disfrutar de un buen libro de filosofía económica, y que no le tengan miedo a descubrir porqué el modelo socialista siempre ha sido y será inferior, tanto moral como económicamente, al modelo capitalista.

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