Monday, June 2, 2014

Yes We Can



El rey abdica a poco más de un año de las próximas elecciones generales, cuando previsiblemente habrá un parlamento menos homogéneo (léase: menos PP y PSOE) y más afin a aventuras políticas de calado. También, el rey abdica después del varapalo a los partidos monárquicos (casualmente, también PP y PSOE) en las últimas elecciones europeas, cambiando el tema de conversación como quien no quiere la cosa. Qué conveniente para todos los implicados. Qué débil es todavía nuestra democracia. Para muestra un botón: vivo fuera de España desde hace más de 22 años. En las últimas europeas me llegó por correo mi designación como segundo suplente del segundo vocal de la mesa electoral de mi pueblo, Canfranc, una pequeña localidad en el Pirineo aragonés, a pocos kilómetros de la frontera con Francia. Curioso que me llegara esta designación pero nunca los papeles para poder emitir el voto...

Prometo que hice los deberes políticos antes de las elecciones europeas, como los hago siempre antes de cada elección: me leí los programas de los principales partidos, y los de los no tan principales. El de PODEMOS me recordó con cierto escalofrío lo que leí en Historia de Dos Ciudades de Charles Dickens: "Las carretas de la muerte avanzan con estrépito, chirriantes y cavernosas, por las calles de París. Seis son las que hoy acarrean su ración de vino a la Guillotina. Todos los monstruos devoradores e insaciables creados desde que la imaginación pudo registrar sus fantasías se han fundido en este monstruo único: la Guillotina. Pero digamos que no existe en toda la rica variedad del suelo y del clima de Francia brizna, hoja, raíz, vástago ni semilla que haya encontrado circunstancias tan seguras para llegar a su madurez como las que dieron a un espanto como aquel. Deformóse a la Humanidad otra vez a matrillazos, como los que entonces la habían deformado, y ella se retorcerá en idénticas formas torturadoras. Siémbrese de nuevo la misma semilla de rapaz libertinaje y de opresión, y con seguridad que producirá fruto igual, según su género".

Y cuando hoy he visto la noticia en la prensa electrónica, acompañada de fotografías de resplandecientes banderas tricolores (¡qué bonito le sienta el morado a la rojigualda!), algunas con el hermoso escudo de la Constitución del año 1931, al lado de banderas rojas con hoces y martillos, estrellas rojas, y eslóganes partidistas, me ha entrado una pena tremenda: mientras la izquierda y la extrema izquierda continúen presentando a la República como patrimonio propio nunca tendremos un sistema republicano de gobierno en mi siempre añorada España.

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