Sunday, May 31, 2015

The first CD I had in my hands

El primer CD que tuve en mis manos fue el legendario Brothers in Arms de los británicos Dire Straits. Fué en Whitstable, en el sureste de Inglaterra, en el verano de 1985. Me lo enseñó Rodrigo, el hermano de una niña española con la que al verano siguiente, en York, pasé uno de esos atardeceres de adolescencia que dejan su impronta para siempre.


Brothers in Arms, y en particular su canción homónima, son obras maestras. Sin embargo, he de confesar que Dire Straits nunca alcanzaron el rango de dioses en mi altar musical particular. De hecho, vinieron a tocar a Zaragoza y no fuí a su concierto. Tuve un amigo en el COU, Alfredo, que le fascinaban.

Sé que la banda se deshizo en algún momento. Y a su líder, Mark Knopfler, le tenía perdida la pista desde hace años. Me sonaba que había formado otra banda, y que había sacado discos en solitario, pero nunca le puse mucha atención, la verdad.

Hasta que el otro día, al hacer una de esas compras en Amazon, me llegó una recomendación de CDs afines a la música que suelo comprar, y entre ellos estaba uno de Knopfler. Hice click y me salieron varios de su repertorio en solitario. Y hubo uno que me llamó la atención por por una tontería que no tiene nada, o casi nada, que ver con la música: la portada del CD. Era una fotografía en blanco y negro, de dos campesinos españoles (lo supe por las esparteñas de él), bailando en una cocina sencilla, rústica, que me recordó mucho a la de una casa en la que pasé veranos de niño. Al campesino no se le ve el rostro, pero parece que le está dando un beso a ella con mucha ternura, muy cerca de los labios de ella. A ella se le ve un poquito más su cara, parece que tiene los ojos cerrados. Ambos tienen una de las manos entrelazada a la del otro, ella su derecha, él su izquierda. Se intuye que el brazo derecho de él la abraza a ella de la cintura, mientras ella apoya su izquierdo entre el cuello y hombro de él. Se nota que su mano ejerce una ligera presión, como de pasión, en él. En la mano de ella, se ve brillar una alianza, Luego he podido saber que esta fotografía fue tomada en algún lugar de Valencia, en los años cincuenta.



La música de The Ragpicker´s Dream destila folk de raices americanas por los cuatro costados, aunque hay numerosas referencias a lugares de Inglaterra. Y como he podido leer a un crítico musical, y concuerdo con él plenamente, las canciones son bucólicas, perfectas para un domingo de lluvia en casa. 

Mi selección particular se la llevan estas tres:

Hill Farmer´s Blues

You don´t know you´re born

Why Aye Man





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